atención intención distracción y actitud en mindfulness
busca en tu interior Chade Meng Tan
mindfulness en 4 pasos
mindfulness mejora la productividad
Mindfulness mejora la Productividad y la Creatividad
Prestar
atención a la atención es una práctica conocida habitualmente como atención plena o mindfulness. Hoy vamos a aprender un poco, de la mano de uno de los ingenieros de la época fundacional de Google, y
antiguo responsable de GoogleEDU.
Me refiero a Chade Meng Tan, que en 2012 escribió un libro titulado “Busca en tu interior”, cuyo prólogo y prefacio fueron redactados por Daniel Goleman y Jon Kabat Zinn, dos autoridades mundiales en el campo de la inteligencia emocional y la meditación, respectivamente.
Me refiero a Chade Meng Tan, que en 2012 escribió un libro titulado “Busca en tu interior”, cuyo prólogo y prefacio fueron redactados por Daniel Goleman y Jon Kabat Zinn, dos autoridades mundiales en el campo de la inteligencia emocional y la meditación, respectivamente.
Busca en tu interior, Chade Meng Tan
Tal vez os preguntéis ¿por
qué?, ¿qué sentido tiene un post sobre mindfulness en un blog sobre
productividad y efectividad? Pues mucho.
Cada vez más estudios
científicos relacionan positivamente la capacidad para trabajar prestando atención plena a las
tareas, con la productividad, la creatividad
y la felicidad.
Y esto, en una época
en la que las distracciones vía redes
sociales, mail y móvil son cada vez mayores, tiene mucho valor. Porque muchas veces no es posible realizar un
trabajo de calidad, sin concentrarse plenamente.
El sencillo ejercicio
que os presento en este post lo practican en Google cientos de ingenieros que son bastante
escépticos con estas cuestiones intangibles, que no se pueden medir fácilmente.
Pero parece que perciben sus beneficios en primera persona y se involucran en ellos.
El ejercicio de mindfulness que practican en Google
A su nivel más básico, trabajar la atención plena consiste
en realizar un sencillo entrenamiento
mental que consiste simplemente en centrar
la atención en la respiración, y cuyo efecto es una sensación de absoluta relajación.
Para empezar, basta con efectuar
un breve ejercicio de dos minutos, una o dos veces al día. Os contaré cómo se
hace.
Es un modelo con cuatro fases en el siguiente orden: (1) intención, (2) atención, (3) distracción, (4) actitud, y después, vuelta al primer paso.
Es un modelo con cuatro fases en el siguiente orden: (1) intención, (2) atención, (3) distracción, (4) actitud, y después, vuelta al primer paso.
Mindfulness en 4 pasos: intención, atención, distracción y actitud
1. Intención
El proceso comienza pensando en una buena intención para entrenar la atención
plena, como aumentar el bienestar y
reducir el estrés.
Esta primera parte, por si sola ya tiene efectos beneficiosos, porque cada vez que desarrollamos una intención positiva estamos formando o reforzando un hábito mental.
Esta primera parte, por si sola ya tiene efectos beneficiosos, porque cada vez que desarrollamos una intención positiva estamos formando o reforzando un hábito mental.
2. Atención
Después de crear la intención, lo siguiente es centrar la atención en la respiración. Simplemente eso, seguir la respiración. Inspirar, espirar, inspirar, espirar… profunda
y tranquilamente.
Chade Meng Tan utiliza la analogía de un centinela que
vigila en silencio cómo entra y sale nuestra respiración. Cuando la atención se
concentra en la respiración alcanzamos
un estado en el que la mente se encuentra tranquila y relajada, incluso
podemos sentir que fluimos con nuestra respiración.
3. Distracción
Las primeras veces
que practicamos, este estado suele durar únicamente unos segundos. Pronto perdemos la concentración, nos distraemos y empezamos a fantasear o preocuparnos con
algo que nos viene a la mente.
Una tendencia habitual es quejarse y lamentarse
de que se ha perdido la concentración, pero eso es justo lo que no hay que
hacer. Es algo natural, sobre todo
al principio, y a medida que practiques
irás aguantando más tiempo.
4. Actitud
Por eso, la cuarta fase, hace referencia a la actitud tranquila y serena con la que aceptas que te has distraído y enfocas de
nuevo la atención en la primera fase, comenzando otra vez el ciclo.
Este proceso de
concentrarse y distraerse, concentrarse y distraerse… puede entenderse como
un entrenamiento mental, similar al de flexionar y estirar los bíceps en el gimnasio.
Cada vez que hacemos
una repetición, estamos entrenando los músculos. En el caso de la mente cada
vez que hacemos una repetición de concentración y distracción, también estamos entrenándola.
Recordad, hay cuatro fases, intención, atención,
distracción y actitud, y hay dos
aspectos muy importantes.
2 claves para practicar bien
-Primero, que no
tenéis que forzar la distracción intencionadamente, surgirá de forma natural. Vosotros simplemente concentraos en la respiración el mayor tiempo posible.
-Segundo, cuando surja
la distracción es fundamental aceptarlo
con toda naturalidad y enfocarlo
con una actitud positiva.
¿Cómo y cuándo empezar a practicar?
Si practicáis dos minutos un par de veces al día, por ejemplo, por la noche justo antes de dormir y en algún momento que tengáis dos minutos libres, pronto empezaréis a sentir las mejoras, que se traducen en una mayor sensación de tranquilidad y bienestar a lo largo del día.
Esto es lo que crea un
estado propicio para el aumento
de la creatividad, la productividad y la felicidad a la que hacíamos referencia al principio.
Se puede realizar el
ejercicio con los ojos abiertos o cerrados, por lo que podéis alternar con
los ojos cerrados antes de dormir (es posible que acabéis dormidos, porque el
ejercicio relaja mucho) y abiertos mientras esperáis el autobús o el metro para
ir a trabajar, por ejemplo.
¿Listos? Pues a practicar.
Y recuerda: Aprende, Actúa, Avanza.
1 comentarios
Y no os perdáis esta magnífica charla de Andrés Martín, en TED, sobre cómo el Mindfulness puede aumentar el bienestar personal, la calidad del trabajo y nuestras relaciones.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=g6OY_jTsQXg