Ley de Pareto
Ley de Parkinson
principio 80 20 Tim Ferriss
productividad 80/20
Tim Ferriss y sus dos leyes: Pareto y Parkinson

Hoy os voy a hablar de Tim
Ferriss, y de un par de ideas que recoge en su libro La semana laboral de cuatro horas.
Concretamente hablaremos de la Ley de Pareto y La Ley de Parkinson que nos ayudan a centrarnos
en lo esencial y a realizar nuestras tareas
dedicándoles el tiempo adecuado.
Para los que ya las conozcáis, os recomiendo leer el post
para refrescar ideas, y a los que todavía no hayáis leído este libro, os invito
a hacerlo. Especialmente si os gustan las buenas
lecturas sobre emprendimiento y productividad.
Las Leyes de Pareto y Parkinson ¿cuándo las podré aplicar?

Lo primero que hay que aclarar es que estas dos leyes se basan en la simplificación y la eliminación.
Por lo que son especialmente interesantes para emprendedores, autónomos o incluso altos directivos que tengan bastante libertad sobre cómo y cuándo realizar su trabajo.
A un empleado corporativo o un directivo de nivel medio le
puede resultar difícil aplicar estas dos leyes, al tener que cumplir con muchas
rutinas o procedimientos obligatorios en su organización, que no pueden ser
eliminados o simplificados, sin la autorización de un superior.
Por lo tanto, es importante que quede claro, que estas dos leyes son de mayor utilidad para quienes tienen capacidad de decidir, qué hacer y qué no hacer, cómo, cuándo, dónde decidan ellos mismos.
Por lo tanto, es importante que quede claro, que estas dos leyes son de mayor utilidad para quienes tienen capacidad de decidir, qué hacer y qué no hacer, cómo, cuándo, dónde decidan ellos mismos.
No obstante, aunque
sólo pudieras realizar una aplicación parcial, te resultaría útil conocer estas ideas. Siempre habrá tareas concretas a
las que puedas aplicar los principios de
eliminación o simplificación.
Tim Ferriss ¿el fin de la administración del tiempo?

Para que te hagas una
idea de por qué necesitas libertad para aplicar estas ideas, te contaré cómo
comienza Tim Ferriss el quinto capítulo de su libro, al que hacemos referencia en este post.
“Sólo dos palabras sobre administración del tiempo. Olvídate
de ella”.
“En el más estricto de los sentidos no deberías tratar de
meter más cosas en tu día...Tardé mucho tiempo en darme cuenta de esto”.
El enfoque de Ferriss parte de la idea de que muchos confundimos actividad con
productividad y que a menudo estamos
ocupados para evitar realizar unas pocas acciones que son verdaderamente importantes, pero que nos resultan incómodas porque nos sacan de nuestra
zona de confort e implican la posibilidad de fracasar o ser rechazados.
En lugar de realizar muchas tareas, este emprendedor
recomienda simplemente establecer
prioridades y eliminar tareas innecesarias. Y partiendo de la base de que conseguir más haciendo menos, no sólo es posible, sino que debería ser obligatorio, nos recuerda
dos cosas.
Primero. Realizar
bien una tarea intrascendente no la convierte en importante.
Segundo. Una
actividad no es importante, por el mero hecho de requerir mucho tiempo.
Las Leyes de Pareto y Parkinson ¿qué son?

La Ley de
Pareto, conocida también como principio 80/20, dice que:
El 80% de la
producción o los resultados, procede del 20% del tiempo y los esfuerzos.
Su nombre se debe a Vilfredo
Federico Pareto, economista, sociólogo y filósofo italiano que vivió entre
1848 y 1923.
A él se atribuye esta ley o principio que también puede
resumirse en “pocos vitales, muchos
triviales”, que hace referencia a que realmente existen pocas actividades verdaderamente importantes y muchas de escasa
relevancia.
Por eso cuando
perdemos la perspectiva de lo que estamos haciendo, y simplemente nos
embarcamos en una tarea tras otra, a un ritmo frenético, solemos acabar
realizando actividades que realmente no son importantes.
De hecho, si nos parásemos
a pensar un momento, ni siquiera empezaríamos a realizar muchas de las tareas
en las que nos involucramos. Porque en realidad, no son esenciales.
Las hacemos por
inercia, por rutina, porque están de moda, porque ya sabemos cómo hacerlas o por cualquier otra razón. Pero no son importantes.
Y no me refiero a las que hacemos porque nos gustan o nos
divierten, esas están más que justificadas. Como hobby, es perfecto. Continúa
haciendo lo que te gusta, si lo consideras.
En el
terreno personal, Ferriss nos anima a utilizar la Ley de Pareto, planteándonos
a nosotros mismos, dos preguntas:
¿Qué 20% de causas
son responsables del 80% de mis problemas e infelicidad?
¿Qué 20% de causas
producen el 80% de mi felicidad y deseos cumplidos?
En definitiva, se trata de encontrar tus ineficiencias para
eliminarlas y de identificar tus fortalezas para multiplicarlas. Más fácil decirlo que hacerlo, por
supuesto, pero hay que intentarlo.
Plantéate qué haces y
a qué dedicas tu tiempo, o se te
escurrirá entre las manos, como cuando de pequeño las juntabas para beber en una fuente.
La Ley de Parkinson
La segunda Ley a la que hace referencia Tim Ferriss es la Ley de
Parkinson.
Se la debemos a Cyril
Northcote Parkinson, historiador
británico que vivió entre 1909 y 1993, y escribió más de 60 libros. Su prolífica obra ya nos da una pista de hasta qué punto
aplicaba a su propia vida sus ideas sobre la efectividad y el empleo inteligente
del tiempo.
La Ley de
Parkinson dice, en esencia, que:
“El trabajo se
expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización”.
De modo que:
“Una tarea crecerá en importancia y complejidad (percibidas) en relación con el tiempo asignado para llevarla a cabo”.
De ahí, que Tim Ferriss concluya que el tiempo se pierde porque
hay demasiado, siendo esta otra de las ideas más impactantes y controvertidas
del libro.
En esta línea, este emprendedor comenta que como tenemos ocho
horas que llenar, llenamos ocho horas, y si tuviéramos una jornada de
quince, llenaríamos quince.
Y matiza, que en el
caso de los empleados que dedican ocho o diez horas al día a realizar
distintas tareas porque se lo exige su jefe, las consecuencias no son tan graves.
En este sentido, el autor se refiere a que los empleados, muchas veces se limitan a hacer lo que se
les ordena que hagan, tal y como indica su superior o los manuales de
procedimientos.
Con independencia de
que la tarea sea necesaria e importante (o no) ellos deben hacerla para
conservar su puesto de trabajo.
Sin embargo, en el
caso de los emprendedores, lo de perder el tiempo, se debe en muchos casos a los malos hábitos y a la imitación. Es
decir, a reproducir el modo de
trabajo y el horario aprendido durante los años de empleo por cuenta ajena.
Como dice el autor, si te doy 24 horas para terminar un
proyecto, te centraras en hacer únicamente lo esencial. Si te doy una semana
serán seis días para hacer montañas de un grano de arena. Si te doy dos meses…se
convertirá en un monstruo mental.
Ley de Pareto y Ley de Parkinson: Conclusiones
En resumen, Ferriss sintetiza su capítulo en dos métodos para aumentar la productividad:
1.
Limita tus tareas
a las importantes, para trabajar menos tiempo (Ley de Pareto).
2.
Acorta el
tiempo de trabajo para limitar tus tareas a lo importante (Ley de Parkinson).
Y además, recomienda usarlas
juntas.
Detectando cuáles son
las tareas fundamentales que te reportan más beneficios y estableciendo plazos
claros y cortos para efectuarlas.
Sin plazos que te hagan concentrarte, las pequeñeces que te
obligan a hacer (como empleado) o que te inventas (como emprendedor), se hinchan
hasta consumir tu tiempo, haciendo que al final de la jornada no hayas
terminado nada, comenta este emprendedor.
Utiliza estas dos leyes con inteligencia, por favor

Las leyes de Pareto y
de Parkinson, te vendrán muy bien si eres muy perfeccionista o incluso si eres
un poco procastinador. Esto último, en parte, por convertir tareas
sencillas en monstruos mentales.
Por el contrario, si
ya eres un poco vago o tiendes a escatimar esfuerzos incluso en tareas fundamentales,
por favor, no utilices estas dos ideas
para recortar aún más.
Estos consejos le
sirven especialmente a un perfil de persona que se involucra en actividades
sin cesar, que confunde estar ocupado
con ser productivo. Una persona que dedica muchas horas al trabajo, pero no
a las actividades que le conducirían a buenos resultados.
Si tu caso es el
contrario, y el motivo por el que no consigues resultados es precisamente
porque te falta fuerza de voluntad, para
comprometerte unas cuantas horas con un trabajo de calidad verdaderamente
importante, por favor, no apliques estos dos principios “interpretándolos
mal”.
O mejor dicho, aplícalos sólo a las actividades que te estén
haciendo perder el tiempo.
Este post no debería
servirte como excusa para hacer “chapuzas” con la excusa de que hay que
hacer menos cosas (Pareto) y dedicándoles menos tiempo (Parkinson).
Para terminar, te dejo con dos citas que utiliza el propio Ferriss en su libro.
La primera de ellas de Antoine
de Saint-Exupéry, autor de El
Principito, dice así:
“La perfección no es no tener más que añadir, sino nada que eliminar”
La segunda es de Guillermo
de Ockham, creador de la navaja de Ockham:
“Es vano hacer con más lo que se puede hacer con menos”
Si te han parecido interesantes estas ideas, es posible que te resulte interesante el post de Peter Drucker que te invita a reflexionar sobre ¿cuál es la tarea a realizar? y ¿por qué hay que hacerla?
Y recuerda: ¡Aprende,
Actúa, Avanza!
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