administración del tiempo
Peter Drucker
registro del tiempo
time tracking
Registra tu tiempo, gana en productividad. Descubre el time tracking.
El tiempo no se puede
gestionar.
En la vida real, no
puedes darle al pause, ni al avance, ni al retroceso, a diferencia de cuando
ves una película.
El tiempo pasa siempre al mismo ritmo, una hora cada sesenta
minutos, irremediablemente. Otra cosa es que nuestra percepción sea distinta.
A esto se debe la genial
cita de Albert Einstein, sobre el tiempo y la relatividad, que traducida, viene
a decir algo así:
“Cuando dos enamorados
conversan, una hora les parece un segundo. Pero si se sientan sobre carbón al
rojo vivo, un segundo les parecerá una hora. Eso es la relatividad ”.
Una aclaración que
encontrarás en la mayoría de libros sobre efectividad, productividad y
organización personal, es precisamente,
que el tiempo no se puede gestionar.
Aunque el libro lleve por título, gestión del tiempo, es muy posible que
encuentres una frase como la siguiente:
Estrictamente, el tiempo no se puede gestionar. Lo
único que puedes gestionar son las tareas que decides
realizar a lo largo del tiempo, así como aquello en lo que centras tu atención y tu energía.
Pero el caso es que la
expresión “gestión del tiempo” al menos es intuitiva. Se entiende aproximadamente lo que
quiere decir, aunque no sea un tópico
atractivo, ni un término exacto.
Por eso, y porque los primeros gurus en este campo, como Peter Drucker y Stephen Covey utilizaron la expresión anglosajona time management, sigue siendo muy utilizada.
En este post, en concreto, veremos algunas expresiones que Drucker utilizaba para referirse a esta idea, o mejor dicho, sus
traducciones más cercanas.
Control del Tiempo según
Peter Drucker: Registro, Administración y Consolidación
Control del Tiempo según
Peter Drucker: Registro, Administración y Consolidación
En su libro Drucker Esencial, se publica un
capítulo titulado Control del Tiempo, en el que hace referencia a las tres
actividades necesarias para llevarlo a cabo: registro, administración y consolidación del tiempo.
Hoy nos vamos a centrar en la primera actividad, el registro del tiempo, más conocida actualmente como time tracking, por la influencia anglosajona y el mundo de las
aplicaciones móviles.
Drucker dejó escrito que el tiempo es un recurso único y que
no se puede alquilar, contratar, comprar u obtener tiempo, por otras vías. Es totalmente perecedero y no puede ser almacenado. El que
ha transcurrido se ha ido para siempre y no volverá. Es escaso y no tiene sustitutos, pero toda actividad se realiza
en el tiempo y consume tiempo.
Desde su punto de vista, nada distinguía más a un directivo
eficiente que su amor por el tiempo.
Sin embargo, las
personas estamos poco capacitadas para gestionar el tiempo, por lo general.
Como dice este autor aun en medio de una niebla espesa, conservamos cierto sentido del espacio.
Sin embargo, encerrados en una
habitación sin reloj, pasadas unas horas, pocos
sabrían decir con precisión cuanto tiempo ha transcurrido, incluso con las luces encendidas.
Esto tiene una clara implicación:
Si nos fiamos de
nuestra percepción y nuestra memoria no podemos estimar adecuadamente el
tiempo transcurrido y dedicado a una actividad en concreto.
Peter Drucker, decía que a veces pedía a algunos directivos
que se vanagloriaban de su memoria que registrasen la utilización que hacían de
su tiempo. Luego él guardaba, bajo llave, sus estimaciones durante semanas,
mientras que los directivos registraban realmente a qué dedicaban su tiempo, y
la estimación jamás coincidía aceptablemente con la realidad.
Resulta especialmente esclarecedor el ejemplo que pone el
autor respecto al presidente de una
empresa, que solía pensar que
dedicaba su tiempo a tres cuestiones: empleados
de alto nivel, clientes importantes y actividades comunitarias.
Una tercera persona,
realizó un registro real de su tiempo, durante
seis semanas, y encontraron que apenas dedicaba tiempo a estas tres
actividades. Esas eran las actividades que el presidente de la empresa
sabía que debía realizar y que “su complaciente memoria” le aseguraba que había
realizado.
Moraleja:
“Las personas
eficientes saben que para manejar su tiempo deben conocer previamente su empleo
exacto”.
Por ello, como decíamos antes, Drucker propone tres fases relacionadas con la utilización del tiempo: el registro, el manejo y la consolidación.
En el resto del post, nos
centraremos en el primero, precisamente porque es la base, y
abordaremos los otros dos en el futuro.
Registro del tiempo o Time Tracking. Primera Fase
Registro del tiempo o Time Tracking. Primera Fase
El registro del
tiempo, implica anotar a qué
dedicas tu tiempo y hacerlo cada vez que cambies de tarea. O utilizar alguna app o software que realice esta labor por ti.Anotando a la hora
que empiezas y terminas cada una de ellas, justo al comenzar o acabar.
Partimos de la base de que la memoria juega malas pasadas y
si nos fiamos de ella, no podremos estimar verdaderamente el tiempo
transcurrido.
Cuando nos dediquemos
a algo que nos guste, posiblemente nos parecerá menos. Y aquí, el problema
será, que si nos gusta, pero no es imprescindible o no aporta valor, posiblemente le
estaremos dedicando más tiempo del necesario. Y no me refiero al
ocio (hay que desconectar y descansar. Es necesario).
Me refiero a las tareas que llevamos a cabo en nuestro “tiempo de
trabajo” y que supuestamente deberían contribuir a conseguir resultados.
Por otro lado, cuando nos dediquemos
a algo que no nos agrade, posiblemente será al contrario, y nos parecerá
una eternidad, como decía Einstein.
Pero nos guste o no
la tarea, si nos fiamos de nuestra memoria y no lo registramos, no lo sabremos,
simplemente infravaloraremos o sobrevaloraremos el tiempo transcurrido.
Consejo:
Trabaja habitualmente con una libreta o una hoja Excel denominada: registro de tiempo, o utiliza una app de time tracking.
La ventaja del Excel
es obvia. Si utilizas una fila para cada tarea y empleas estas cuatro columnas:
descripción de la tarea, hora de inicio, hora de finalización y tiempo dedicado, al final de cada día tendrás una foto real del tiempo trabajado.
La ventaja de una libreta, dedicada exclusivamente a tal propósito, es que mientras esté encima de la mesa, junto al ordenador,
será mucho más probable que te acuerdes de anotar el tiempo.
Inicialmente, con que te acuerdes de hacerlo cada dos horas,
ya será un avance considerable. Otra
solución es ponerte alarmas, cada una o dos horas, porque te aseguro que al
principio y hasta que desarrolles el hábito, no lo apuntarás debidamente.
Mi
recomendación: empieza con la libreta y cuando tengas el hábito adquirido,
pásate al Excel.
Mi consejo no se basa en el método más eficiente desde el punto
de vista de la perfección. Simplemente asumo que no somos perfectos.
Si lo fuéramos, hace ya muchos años que habríamos decidido
cuáles son los mejores hábitos que queremos incorporar a nuestro estilo de vida
y los habríamos incluido en nuestra rutina con facilidad y rapidez.
Pero posiblemente serás como el resto de las personas. Te costará adquirir nuevos hábitos y muchas
veces no conseguirás adoptarlos perfectamente y a la primera. Empieza simplemente por acostumbrarte a
algo fácil y ya lo mejorarás luego.
La libreta no te proporciona una suma automática del tiempo
dedicado a cada tarea al final de la semana (y es posible que no te pares al
final del día a sumar los minutos dedicados a cada actividad).
Pero el mero hecho de
apuntar, te proporcionará, de forma subconsciente, más información de la
que crees respecto a qué dedicas tu tiempo.
Te aseguro que la
próxima vez que tengas que coger el boli para anotar que desde las 11:18 hasta
las 12:46 has dedicado 88 minutos (casi hora y media) a una soberana estupidez,
empezarás a tomar conciencia de en
qué se te va el tiempo, cuáles son tus ladrones
de tiempo y cómo se te escapa el agua entre las manos.
¿Cuánto tiempo te
llevará realizar, cada día, diez o veinte anotaciones de medio minuto en tu
libreta?
Pues creo que ya te he respondido. Entre 5 y 10 minutos, pero te aseguro que los recuperaras con
creces. Los multiplicarás por tres y por cuatro, me atrevería a decir.
Si adoptas este
hábito durante, digamos un mes, aumentarás tu efectividad tremendamente.
Tomarás conciencia de en qué malgastas tu tiempo y podrás
solventarlo, si lo deseas y te comprometes con ello.
Sólo con incorporar
un hábito de 5 o 10 minutos al día, verás tu vida con mucha más perspectiva.
Unido a la buena costumbre de
escribir tus objetivos diarios (de acuerdo a tus objetivos semanales o
mensuales, por supuesto), te dará una imagen fiel de a qué tenías pensado dedicarte antes de empezar el día, a qué te has
dedicado realmente y por qué te has desviado.
La respuesta a estas
preguntas, vale millones. Pruébalo y me creerás.
Por otro lado, también
puedes utilizar una app de time tracking,
en este artículo puedes encontrar varias con sus características fundamentales.
Las ventajas de
la app de time tracking son que no tendrás que dedicar ni esos 5 o 10
minutos al día a anotar las tareas
diarias. Ella te dirá automáticamente dónde has pasado el tiempo.
Los inconvenientes
de la app son dos.
Primero, no te concienciarás al mismo nivel, respecto
a en qué inviertes tu tiempo.
Insisto en esto:
Tener que anotar con
tu puño y letra “he dedicado 47 minutos a …(inserta aquí tu “ladrón de
tiempo preferido”) te hará pensártelo dos veces la próxima vez.
Siempre y cuando estés comprometido, sinceramente, con tu efectividad.
Segundo, la precisión en cuanto a la descripción de
la tarea será menor.
Dependiendo de la app, pueden proporcionarte distintos detalles,
pero posiblemente no puedas llegar al nivel de:
“32 minutos redactando mail para Jorge, posiblemente porque
me he enrollado más de la cuenta y he metido dos párrafos de sobra”
“54 minutos divagando por Twitter, porque después de
publicar mi post, perdí de vista mi siguiente objetivo importante y me dejé
seducir por lo que me llama la atención y no requiere pensar ni actuar
concienzudamente”
Este tipo de
anotaciones son las que te escuecen de verdad, y las que te ayudarán a cambiar.
Por eso suelo utilizar una hoja de cálculo, en la que
inserto este tipo de matices, aunque no tengo nada en contra de las
aplicaciones.
Cada herramienta tiene sus ventajas e inconvenientes, y es
mejor que utilices aquella que te ayude a desarrollar el hábito, mejor y más fácilmente.
Con independencia del soporte que utilices, el time tracking cuantitativo, necesita un
complemento cualitativo que permita
la autocrítica inteligente.
Creo que este tipo de matices los lograrás mejor con tú
libreta o tu hoja de Excel. Pero si eres amante de la tecnología y de las app,
estupendo. Seguro que algunas incluyen una apartado de “notas” o similar dónde
puedes introducir estos matices.
Recuerda, anota
descripciones de una o dos frases que aporten un poco de sustancia.
Dedícale un minuto
cada hora y dentro de unas semanas,
tendrás una panorámica de por dónde se te escapa el tiempo.
En el próximo post seguimos con la administración (segunda fase) y la consolidación
del tiempo discrecional (tercera fase), tal y como comenta Peter
Drucker.
Y recuerda: ¡Aprende,
Actúa, Avanza!
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